La semana empezó regular, pero como lo que mal empieza bien acaba, termino la semana con buenas sensaciones. Ha sido Semana Santa, y me estuve comiendo la cabeza organizando una escapada que no salió, pero a veces no es necesario irse muy lejos para tener buenos días y al final he aprovechado las vacaciones bastante bien. Siéntate que te cuento:
¿Quién dijo que en Australia siempre hacía bueno?
Pues alguien que no había pisado Australia en su vida, ya te lo digo yo. La semana empezó pasada por agua. No paraba, no paraba, no paraba. Y como mi estado de ánimo va ligado al tiempo, me pasé los primeros días de las semana con un bajón que no remontaba. Todo gris, frío, niebla. ¡Y se acaba de terminar el verano! Menos mal que me han dicho que en invierno es época seca y aunque haga más fresquito, no llueve. Llámame dramática, no me voy a ofender.
Después mejoró, y ya vi la vida de otro color. Por cierto, ¿sabías que en Brisbane lo decoran absolutamente todo? Me llaman mucho la atención los cuadros de la luz que hay por las calles. Están todos pintados, cada uno de una manera y dependiendo de dónde estén colocados llevan un mensaje.
Primer día de trabajo
¡Sí! Esta semana tuve mi primer día de trabajo. Como te conté la semana pasada, son días sueltos, así que espero que poco a poco me vayan dando más horas. Fue el catering con mi compañera de piso, y fue algo súper simple.
Aquí se toman la vida de otra manera, y la hostelería es mucho más relajada. Un trabajo que en España harían entre 2, aquí lo hacen entre 5. Y cuando tienes un rato muerto, no te dicen de hacer otra cosa, simplemente te dicen «relax». Que a veces prefiero estar activa que estar de plantón, pero bueno no quisiera yo estresar a los australianos.
Me paseé con una bandeja de canapés y lo único que tuve que hacer fue aprenderme los ingredientes para cuando me preguntasen. Pero mira, así aprendo vocabulario.
Esta semana empiezo en el hotel, que ya me ha dado más horas para la semana siguiente. Poco a poco, todo es cuestión de arrancar.
Happy Easter!
Sí, aquí se celebra Semana Santa, pero son más de conejitos y huevos de pascua que de capuchinos y procesiones. Todos los supermercados están decorados con conejitos de todas las texturas (y chocolates). Hemos tenido viernes santo y lunes de pascua festivos en la academia, y los servicios tienen un suplemento, así que tomarse algo un día festivo es aun más caro que de normal. Con razón la gente cobra 60 pavazos la hora si le toca trabajar un día así.
En la academia nos escondieron huevitos de chocolate por todas las clases y estuvimos jugando a encontrarlos. Somos personas adultas pero ¿quién no se pegaría con quien fuese por chocolate?
Una Semana Santa bien aprovechada
No he parado. El caso es que yo me quería ir de acampada. Ya sabes, esa necesidad de querer aprovechar cada minuto. Pero al final no surgió y aún así he acabado haciendo planes todos los días.
El viernes me fui a un mercado gastronómico enorme: Eat Street Northshore. Quedamos con otro grupito de españoles y al final nos acabamos juntando bastante gente. El sitio era una pasada: muchísimos puestos de comida, show, decoración…Está algo lejos y no es accesible caminando, quizás por eso no lo había descubierto hasta ahora. Y entre unas cosas y otras…¡nos acabamos comprando un vuelo a Sidney! Así que a finales de abril allá que me voy.
El sábado madrugamos para coger un tren durante dos horas y pasar el día en Gold Coast, la ciudad de al lado. Cuando estaba barajando opciones de ciudades para venirme, la contemplé pero me alegro de haberme decidido por Brisbane. Gold Coast es Benidorm, destino de playa de vacaciones. Me gustó, y me quedan mil cosas por ver de ahí, pero no lo veo una ciudad para vivir. Está cerquita, así que volveremos.
Y el último día de la semana ha sido mi favorito: he ido al santuario de koalas de Brisbane. Me ha encantadoooooo. He tocado koalas, canguros, he visto animales que no sabía ni que existían y es una de esas cosas que quería hacer estando aquí. Una experiencia para el recuerdo.
Me gustan estas semanas. Al final entre semana la vida es rutinaria: madrugar, ir a clase, ir al súper, volver a casa…Los fines de semana son los que intento exprimir para sacarles el máximo partido, y cada vez me voy sintiendo más integrada. También ha habido más videollamadas con gente de casa, que me han dado un chute de energía. Veremos esta semana qué tal el segundo trabajo y si empiezan a darme más horas y empieza a haber más movimiento. ¡Seguiremos informando!
