Si vas a pasar unos días en Lisboa y te sobra tiempo, una de las excursiones interesantes a hacer es al Castillo de Sintra. Sintra en sí, es una localidad, pero sabes que te estoy hablando del famoso castillo de colores, también conocido como Palacio da Pena. Esta construcción de estilo románico se terminó en 1854 y es uno de los puntos más llamativos de todo Portugal.
Está solo a 40 minutos en coche y merece la pena así que en este artículo te cuento cómo llegar a Sintra desde Lisboa (tengas coche o no) y te doy información práctica que te resultará útil.
Cómo llegar al Castillo de Sintra desde Lisboa
Como te digo, si viajas en coche desde Lisboa, Sintra está a unos 40 minutos. Nosotras dejamos el coche en el parking de la Estación de Tren de Portela de Sintra, y es totalmente gratis.
Si no tienes coche, puedes ir en tren, y se coge en la Estación de Rossio. Cuesta 4,5€ ida y vuelta, y el trayecto dura prácticamente lo mismo que si vas en coche. Hay bastante frecuencia y salen varios trenes cada hora. Los tickets se compran directamente en la estación (diría que no se puede reservar online). Llegarás a la Estación de Tren de Sintra.
Partiendo desde este punto, ya que la estación donde te deja el tren es la misma donde te digo que puedes aparcar gratis si vas en coche, tendrás que subir a pie o en autobús al Palacio da Pena. No, no puedes subir con el coche ya que solo pueden ir vehículos autorizados, así que te tocará dejar el coche abajo.
Nosotras subimos en bus, que es el nº434 y sale desde la misma estación de tren. Es un autobús unidireccional, es decir, está el que sube la colina hasta el Palacio da Pena, y el que baja al mismo punto, y el viaje de ida y vuelta cuesta 7,60€.
Precio de la entrada y horarios
Una vez arriba donde te deja el bus, hay taquillas para poder comprar las entradas, aunque lo mejor es que las compres online antes de ir porque es un lugar muy visitado y te puedes quedar sin ellas. Hay dos tipos de entrada para el Palacio da Pena: por un lado, la entrada al Palacio, y por otro lado la que te incluye además la entrada al «Parque».
Nosotras compramos la entrada que incluye las dos cosas y costó 14€. La diferencia es que con una entrada puedes ver el interior del Palacio y con la otra solamente los alrededores y el exterior, que aunque es lo más impresionante, ya que estás creo que merece la pena entrar.
En cuanto al horario, de marzo a octubre está abierto de 9:30 a 19:30, mientras que de el resto del año abre de 10:00 a 18:00.
Resumen de la historia del palacio
El Palacio da Pena en sus inicios era una capilla medieval dedicada a Nuestra Señora de la Pena, construido por los monjes Jerónimos en 1520. Cuando ocurrió el terremoto de Lisboa en 1755, sufrió muchos daños y a pesar de ello se mantuvo en pie. El que era rey de Portugal por aquel entonces, Fernando II, compró tanto el monasterio como los alrededores para construir lo que a día de hoy es el Palacio da Pena. Su idea es que fuese la residencia de verano, ya sabes, los reyes y sus caprichos.
Peeeero cuando este señor pasó a mejor vida, el Palacio se lo quedó su segunda mujer, la condesa d’Edla, y se lo vendió al rey Luis. En 1889 lo acabó comprando el Estado Portugués y lo convirtió en museo, además de proclamarlo Monumento Nacional. Desde 1995, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Los colores tienen un sentido: el color rojo pertenece a lo que era el antiguo monasterio, y las partes que se fueron añadiendo, las pintaron de otro color para diferenciarlo.
Qué ver en el Palacio da Pena
En el Castillo de Sintra o Palacio da Pena, y en resumidas cuentas, tienes que ver el Parque da Pena, que son los jardines que lo rodean llenos de diferentes tipos de árboles, el exterior y el interior del palacio.
Exteriores del Castillo de Sintra
A mí me pareció un castillo de juguete, de lego. Los colores que tiene lo hacen muy llamativo y uno de los castillos más curiosos que he visto.
Eso sí, no me preguntes por las vistas que bastante tenía yo con no salir volando. ¡Vaya día nos salió! No he visto tanta niebla en mi vida, parecía una cortina blanca opaca que cubría el castillo. Evidentemente, la foto de portada no es mía, no te hubieran dado ganas de ir. Esta soy yo intentando sobrevivir al viento:
El Palacio es del siglo XIX, e incluye diferentes estilos arquitectónicos. Nada más entrar te encontrarás con la Puerta de la Rosa, una puerta de estilo árabe que en teoría está inspirada en la Alhambra de Granada.
Un poco más para delante, está la Puerta Monumental, un arco que da paso a un puente levadizo que le da un toque medieval.
Tras cruzar el puente, llegarás a la Plaza del Tritón, que tiene pinta de tener buenas vistas pero ya te digo, con la niebla que pille poco pude ver. Se llama así porque hay un Tritón sujetando la ventana.
Cruzando el arco de la Plaza del Tritón, llegas al Patio de los Arcos (mi foto con la niebla que tienes justo arriba). Desde aquí, puedes bordear el castillo por un caminito que se llama Paseo de Ronda, por el que caminarás por la muralla.
Este palacio tiene un montón de rincones exteriores espectaculares, y el juego de colores lo hace mucho más llamativo así que pasea, dale la vuelta, y verás que en cada rincón, hay una foto. Te darás cuenta de que la mezcla de estilos arquitectónicos que tiene, lo convierten en un castillo único.
Interior del Palacio da Pena
Dentro del Palacio, puedes visitar los dormitorios, salones, comedor, cocina…y todo está totalmente amueblado.
Al entrar verás el claustro que deja claramente ver que eso fue un monasterio en su momento. Una vez en el interior, atravesarás diferentes dormitorios, salones, comedores, salón de venados donde hay animales de madera pero cuyos cuernos son de verdad y hasta la cocina. Todo el mobiliario es original, tanto el de los salones como el de la cocina.
Encontrarás porcelana india y china, porque el rey Fernando II la coleccionaba, una sala árabe, una sala de te…Verás también que tenía un gusto un poquito ostentoso en su dormitorio principal, donde no le falta detalle a ningún rincón de las paredes o el techo.
El Palacio da Pena es una de las construcciones más impresionantes que he visto, y en esta ocasión no solamente por su significado o valor histórico, si no por el exterior. La mezcla de colores hacen que este castillo de Sinta parezca de juguete y su ubicación en lo alto de una colina, hace que parezca de cuento. Una pena haberlo visitado en un día de tanta niebla porque las vistas tienen que ser espectaculares, pero merece la pena.