No sé por qué pero hace poco me di cuenta de lo mucho que me gusta volar. Ya lo terminé de comprobar cuando sobrevolé en avioneta la Gran Barrera de Coral, así que cuando vi el regalo de cumpleaños que me hizo mi familia, casi me caigo pa atrás: sobrevolar Brisbane en helicóptero. ¡Qué ilusión! Le he cogido cariño a Brissie, como la llaman los locales, después de 7 meses viviendo aquí, y que mi familia desde España pensase en esto fue un regalazo, la verdad. Hoy te cuento cómo fue mi experiencia disfrutando de Brisbane desde el aire.
Helicopter Scenic Flight
Como te digo, fue un regalo, pero algo de información tengo. Lo reservaron a través de la empresa de Red Balloon. Este vuelo en concreto se llama Helicopter Scenic Flight, y creo que el precio fue de 90$ (unos 60€) por pasajero. Lo supe porque la empresa me preguntó si quería llevar a alguien por no ir con desconocidos, era el precio que tenía que pagar cada uno. Me pareció muy barato, quizás porque tenía la referencia de la Gran Barrera de Coral que costó casi 5 veces más o lo que se suele escuchar del vuelo por Nueva York que es un pastizal. Si fueron 60€, está súper bien.
Llegada al helipuerto
Reservé un sábado a las 9 de la mañana, aunque quería al atardecer pero no hubo manera. Llegué al helipuerto de Brisbane un poco apurada en autobús, además hacía un calor de locos. Yo nunca había volado en helicóptero ni había estado en un helipuerto ni sabía cómo funcionaba, así que todo era nuevo.
Cuando entré en la oficina, me estaban esperando tanto el chico de recepción, como la chica que iba a pilotar el helicóptero. Me ofrecieron agua o café, me presentaron a las 2 señoras que iban a ser mis compañeras de viaje y muy seguido procedieron a pesarme en una báscula.
Paseo por el helipuerto
Eso era una explanada gigante sin nada de movimiento. Había un par de helicópteros despegando y un par de avionetas aparcadas. Desde la oficina, fuimos caminando al que iba a ser el nuestro.
Yo estaba emocionada la verdad, ni que me fuese a tirar en paracaídas pero yo qué se, me hacía ilusión y me parecía un planazo.
Breve explicación
La piloto nos dijo que teníamos que esperar un poco porque había tráfico aéreo (no sé qué tráfico porque por no haber, no había ni pájaros). En ese momento aprovechó para hacernos una breve explicación de las normas de seguridad y dejarnos claro los botones que no podíamos tocar. También nos dijo que podíamos hablar por los cascos todo lo que quisiéramos, que no estaban conectados a la torre de control.
Nos estuvo contando, que en el helipuerto es donde los pilotos hacen sus prácticas y por eso estos paseos comerciales solo se hacen los fines de semana. Por eso había tan poco movimiento, y los helicópteros que había, estaban practicando. Éramos las únicas que íbamos a dar el paseo.
Despegamos
Me pusieron a mí de copiloto y la verdad es que fue impresionante porque prácticamente todo el frontal era cristal. Poco a poco empezamos a coger altura y nos fuimos acercando desde el helipuerto, que estaba un poco retirado, hasta la city. El paseo era corto, solo eran 20 minutos, lo justo para bordear la ciudad y volver, pero mereció la pena.
Desde lejos pudimos ver la ciudad completa y el río que serpentea entre medias. Me sorprendió mucho lo gigante que es Brisbane si tienes en cuenta los suburbios, y la diferencia entre los rascacielos del centro y las casas unifamiliares de los alrededores.
Nos acercamos bastante la verdad, me dio impresión ver tan de cerca los edificios, pero me encantó poder ver desde arriba el Jardín Botánico, el Story Bridge o el estadio de Rugby.
Unas compañeras de viaje muy divertidas
Qué graciosas de verdad. Eran Concha y Marisa, y si pillas la referencia estarás siempre en mi equipo. Pero además de verdad. 2 señoras de Brisbane de toda la vida que habían decidido hacer un plan de amigas un sábado cualquiera, y no callaron en todo el viaje. Me reí un montón con cada comentario que hacían, porque fueron retransmitiendo el vuelo. No perdieron oportunidad después para preguntarme toda mi vida claro.
Pues una experiencia más en Brisbane. La verdad es que no me lo esperaba y me gustó mucho, pasé muchísimo calor dentro del helicóptero y eso que abrí una ventanita que había por pasajero, pero es increíble el sol que entraba a través del cristal. Brissie tiene parte de mi corazón para siempre.