Esto puede sonar un poco a clickbait, pero la verdad es que la historia hubiera cambiado mucho si no hubiéramos tenido un seguro de viaje cuando viajamos a Indonesia. Cuando nos encontrábamos de camino a unas cascadas con nuestras motos de alquiler como un día más, tuvimos un accidente que cambió todos nuestros planes. Veníamos de estar viajando por Nueva Zelanda, y todavía nos esperaba Filipinas, pero un giro de guión nos hizo volver a casa antes de tiempo. Al menos, lo hicimos tranquilas. No voy a entrar en detalles de cómo fue el accidente, pero sí que me gustaría contarte cómo vivimos una situación así en un poblado de una isla de Indonesia, lo increíble que es el ser humano a pesar de nuestras diferencias, y por qué contar con un buen seguro puede salvarte en ciertas ocasiones.
El accidente de moto
Estábamos en Lombok, la isla vecina de Bali, atravesando un poblado local. Como te digo, no voy a entrar en detalles, pero para ponerte un poco en contexto, cuando nos íbamos a una excursión cada una en una moto, vi por el retrovisor cómo se llevaban a mi amiga por delante.
Y a partir de ahí todo pasó muy rápido. Yo iba delante, dejé la moto y volví corriendo. En segundos dejamos de estar solas. Era una localidad cero turística, nadie hablaba inglés pero se acercó mucha gente a echar una mano.
Un hombre se ofreció a llevar a mi amiga al hospital en su moto y yo les seguí con la mía. Por suerte, a 5 minutos de ese poblado había un hospital local donde pudieron atendernos.

Seguro de viaje en Indonesia
Entramos por la puerta del hospital con la única preocupación de que mi amiga estuviese bien. No había lugar para pensar en posibles gastos médicos. En cuanto empezaron a atenderla, me puse en contacto con el seguro de viaje porque con los nervios no sabía qué tenía que hacer. Nosotras íbamos con el seguro de viaje mochilero de Iati, y fue fácil. Me pidieron los datos de ella, que estábamos en la misma póliza, y me indicaron cómo proceder además de tranquilizarme y decirme que estuviese a lo que tenía que estar. Tenían una app donde recibir asistencia médica instantánea sin necesidad de tener línea móvil. Simplemente tuve que pedir las facturas de todo para luego presentarlo pero en el momento, podía olvidarme de cualquier preocupación que no fuese estar con mi amiga.
Pasamos por dos hospitales y recuerdo que ella por un momento llegó a preocuparse si la cosa se complicaba por temas de hospitales, ambulancias, posibles gastos sorpresa…Y ya lo sabía pero ahí es cuando me terminé de dar cuenta de lo importante que es ir con un buen seguro de viaje. Daba igual cuánto se complicase o las pruebas que tuviesen que hacerle, los gastos no eran un problema porque íbamos con todo cubierto así que le dije que estuviese tranquila porque eso era lo de menos.
La gente de Indonesia
Cuando ella ya estaba un poco más tranquila, y después que a mí me diera un bajonazo de tensión después de todo, me fui con el hombre que la había traído a buscar la moto accidentada. Nos recorrimos el pueblo entero porque no estaba en el lugar del accidente, fuimos preguntando a los vecinos si sabían algo, hasta que dimos con ella. Digo fuimos, pero en realidad fue el hombre quien habló con todo el mundo porque ni Dios hablaba inglés en esta zona. ¿Que cómo me entendía yo con él? Pues por gestos y con el traductor del móvil. Bendita tecnología.
Encontramos la moto en un taller del pueblo, y de mientras que estábamos en el hospital nos la estaban arreglando. Me dieron los pedazos sueltos en una bolsa y volvimos al hospital.
Cuando volví, había dos chicos con mi amiga que se habían enterado por el pueblo del accidente, sabían un poco de inglés, y se habían acercado a ver si podían echar una mano. Se ofrecieron a llevarnos a un hospital más turístico donde le pudieron hacer radiografías, sin pedir nada a cambio. Nos estuvieron preguntando por la tarde cómo iba todo, y se ofrecieron a llevarnos también al aeropuerto.

Vuelta a casa
Esa misma tarde compramos vuelos de vuelta a casa, y al día siguiente salimos Lombok – Barcelona. También estábamos tranquilas con esto. Perdimos el dinero del vuelo que ya teníamos dos semanas más tarde desde Filipinas, pero Iati (nuestro seguro de viaje), nos devolvió el dinero del vuelo que acabábamos de comprar por la necesidad de volver a casa, así que uno por otro.
Los chicos nos vinieron a buscar con su coche y nos llevaron al aeropuerto. Por el camino, ya más tranquilas, íbamos hablando con ellos y ya un poco más entre bromas, nos dimos cuenta de la suerte que habíamos tenido.


Y así fue como de un lugar donde tuvimos una mala experiencia, me llevo un muy buen recuerdo. Entramos en un hospital local prácticamente sin ropa, rodeadas de mujeres con burka, donde nadie hablaba inglés, sin forma de transportarnos, y todo el mundo nos lo dio todo, sin juicios y sin dudas.

Con esto acababa no solo nuestro viaje por Indonesia, sino también mi año sabático viajero. Era hora de volver a casa después de 10 meses. Di gracias por haber contratado el seguro de viajes porque independientemente de lo que cueste, viajar tranquilas no tiene precio. Después de todo no fue tanto dinero el que teníamos que haber pagado en caso de no ir aseguradas pero porque por suerte no se complicó la cosa. Sin embargo, estábamos tan tranquilas de que ya podían ser miles y miles de euros lo que costase que íbamos cubiertas, que toda nuestra energía se concentró en la salud, que es lo que debería ser siempre lo más importante. Y a la gente de Indonesia, en concreto Lombok, Terima Kasih, os llevaré siempre en el recuerdo.