Tengo pánico al mar. Empezamos bien. Aún así, había algo que si visitaba Koh Tao tenía que hacer sí o sí: un bautismo de buceo. Y así fue, mi viaje a Tailandia ya estaba siendo intenso de por sí, así que era momento de dejar los miedos a un lado y vivir una de las experiencias más emocionantes hasta la fecha. Puedes pensar que estoy exagerando, pero de verdad que el mar abierto me da un pánico tremendo. Nosotros vivimos la experiencia con La Bombona Diving, y no pudimos acertar más. Te cuento cómo fue mi experiencia de bautismo de buceo en Koh Tao, uno de los destinos de peregrinación para buceadores por excelencia.
Llegada al centro de buceo y papeleo
Empezamos bien temprano por la mañana y quedamos en el centro de buceo, a orillas del mar. Había una zona descubierta donde nos fuimos sentando todo el grupo en pufs o en el suelo, como si estuviéramos en nuestra casa, después de conocer al personal del centro. La dueña era española, de Córdoba, y siempre da alegría hablar con gente de tu país cuando estás lejos, aunque solo lleves fuera dos semanas.
Una vez hechas las presentaciones, tuvimos que firmar pues lo típico, que no padeces del corazón, no has estado malo los últimos días, que estás de acuerdo con todo…y esas cosas.
Curso teórico
Llámame ignorante, yo nunca había hecho nada de esto y no sabía que había teoría por muy lógico que sea, y fue muy interesante. Nos explicaron en qué consistía un bautismo de buceo, cómo hay que comunicarse debajo del agua (un lenguaje de signos especial), lo que tiene que indicar la bombona de oxígeno para comprobar que todo esté correcto…
Fue un curso breve con sus correspondientes explicaciones en la pizarra, y después pasamos a la prueba del neopreno. Está todo bastante controlado, tuvimos que comprobar que las aletas no se nos iban a caer por nada del mundo.
Traslado al puerto y el barco del centro de buceo
Después, nos montamos en la parte de atrás de varias camionetas y nos trasladaron al puerto donde nos esperaba el barco. Era un barco bastante grande de varias alturas.
En una de ellas estaba todo el equipo de buceo (bombonas, neoprenos, gafas, aletas), y una zona de descanso donde después comimos. Y lo mejor, es que en el piso de arriba había césped, donde nos pudimos tumbar a tomar el sol.
Bautismo de buceo en Koh Tao
Nos dividieron en grupos, y cada uno teníamos un monitor asignado. Antes de llevarnos a más profundidad, estuvimos cerca de la costa aprendiendo a manejar la respiración y a saber lo básico para poder sumergirnos o disminuir la presión de los oídos. Yo estaba tan concentrada en respirar bien para no ahogarme, que el miedo al mar y a la fauna marina se me olvidó. La verdad es que me costó menos de lo que esperaba, todo consistía en respirar tranquila.
Según íbamos estando preparados, empezamos a sumergirnos. Éramos un grupo bastante grande, así que no faltaban las risas debajo del agua que nos hacían salir a flote. Pero bueno, poco a poco fuimos aprendiendo a controlar la respiración y a poder movernos en la dirección que queríamos. Lo que más me costó aprender fue a retirar el agua de las gafas, para mí era impensable y no paraba de entrarme agua.
Comida
No sé cómo será con otros centros de buceo, pero La Bombona Diving se ganó mi corazón con tortilla de patatas. Después de 2 semanas alimentándome a base de pad thai, agradecimos muchísimo comida un poco más «de casa». También nos dieron otras cosas de picoteo pero yo no olvido la tortilla.
Al rato, quien quiso tuvo la oportunidad de repetir y realizar otra inmersión, mientras que otros nos quedamos en el barco tomando el sol o bañándonos tranquilamente.
Lo que me gustó de este centro de buceo, además del bautismo en sí y el trato, es que la experiencia no se quedó en el buceo. Cuando terminamos la actividad, nos fuimos al hotel a cambiarnos y volvimos al centro de buceo, donde nos habían preparado una barbacoa para cenar. Cenamos allí con ellos y fue una muy buena experiencia. Esa noche acabamos en un karaoke. Vaya cuadro.
El bautismo de buceo costó 60€, y teniendo en cuenta la comida, los traslados, el curso y el trato, está genial. Lo de la barbacoa no sé si será un servicio que ofrecerán a cualquiera, o es para grupos. Yo a Tailandia fui en grupo con agencia, e igual tienen algún tipo de convenio. Siempre se puede preguntar.
En fin, que gracias Koh Tao por quitarme el miedo al mar o hacer que hubiera cosas más importantes que me ayudasen a lanzarme al agua sin más preocupaciones que respirar. Me encantó hacer un bautismo de buceo en Koh Tao, y no es que en esa zona en concreto se vean cosas impresionantes (vi más animales haciendo snorkel otro día que en el bautismo de buceo), pero no es lo que ves, sino lo que sientes. O al menos así lo viví yo. Es esa sensación de poder «respirar debajo del agua», escuchar la nada, ser dueño de tu respiración y controlar tus movimientos, lo que me gustó de aquello. No sé si volveré a Koh Tao algún día, pero a bucear seguro que sí.