Tailandia tiene infinidad de templos, y todos son increíbles. Por eso mismo, hay muchísima gente entre turistas y locales que los visitan cada día. Sin embargo, hay un templo en mitad de la nada y no tan conocido, en el que puedes disfrutar un poco de la soledad. Te estoy hablando de Wat Pha Lat, un templo en mitad de la selva de Chiang Mai, rodeado de vegetación, cascadas y budas que es una joya. Está abierto de 6:00 a 18:00 y es gratis. En el post de hoy te cuento dónde está, cómo llegar y qué encontrarás ahí.
Dónde está Wat Pha Lat
Este templo está muy cerca de Wat Doi Suthep, uno de los más conocidos de Chiang Mai. Digamos que está a mitad camino, y puedes llegar haciendo una ruta de una horita caminando conocida como la Ruta de los Monjes. Se llama así porque precisamente es el camino que hacen los monjes para trasladarse de un templo a otro.
Cómo llegar a Wat Pha Lat
El camino empieza en Suthep Road, en un punto que se llama Wat Pha Lat Hike. Una vez lo empieces, solo tienes que seguir los lazos naranjas atados a los árboles que marcan el camino. Esta ruta atraviesa la selva, así que puede hacer mucho calor, o ser peligroso en época de lluvias.
Otra opción es alquilar un tuktuk/taxi en Chiang Mai para que te suba directamente a la entrada del templo, y no me escondo, fue mi opción. La subida es bastante pronunciada y da un poco de cosilla con tanta curva en tuk tuk, pero se sobrevive. Además, que son tuktuks grandes tipo camionetas.
Nosotros íbamos en grupo, pero si no, siempre puedes coger un taxi colectivo. En Tailandia nada es excesivamente caro, así que puedes llegar por unos 60 baths (1,50€).
Cómo es el templo y qué encontrarás allí
Fue uno de los templos que más me gustó de Tailandia, sobre todo por la vegetación, la soledad y el silencio. Se respira paz. Además, es de los pocos templos que lógicamente no te tienes que descalzar, así que lleva buen calzado porque como te caiga el diluvio universal como a mí, tienes muchas probabilidades de resbalarte. Ten en cuenta también que estás en mitad de la selva, así que a tope con el repelente de mosquitos.
Originalmente, el templo sirvió como un lugar de retiro para los monjes que buscaban aislamiento y paz en medio de la naturaleza. La ubicación estratégica del templo en la ladera de una montaña, rodeado de tanta vegetación y cascadas, lo convirtió en el lugar perfecto para la meditación.
Con los años, se fue abandonando y hace un par de siglos el templo cayó en desuso y fue cubierto entero por la vegetación. Sin embargo, en las últimas décadas las comunidades locales y las autoridades budistas lo han ido restaurando y devolviéndole vidilla.
Precisamente nada más llegar, hay un templo pequeño donde hay monjes budistas meditando y un cartel que pide expresamente «no molestar a los monjes».
Este templo no es una estructura arquitectónica como tal y ya, si no que es un entorno compuesto por diferentes zonas. Una pequeña escalinata custodiada por dos estatuas de buda a un lado, y dos elefantes en la zona de arriba, dan la bienvenida a uno de los templos.
Otra de las cosas que llama la atención es una gran escalera que simula el lomo de un dragón empezando por la cabeza. Este rincón, con toda la vegetación de fondo, es uno de los más bonitos de la zona y puede ser perfectamente mi foto favorita de Tailandia.
Justo arriba de esta escalera, le sigue otra rodeada de bambú, con dos enormes dragones en la parte de abajo.
También hay un río que atraviesa el templo y deja varias cascadas y un paisaje espectacular. Además, justo al cruzar el río hay otro pequeño templo.
No te voy a hacer más spoiler. Lo mejor es que vayas, te pierdas, recorras la zona y te encuentres rincones, cascadas, templos, budas y vistas increíbles. A mí me gustó mucho Wat Pha Lat. En un lugar tan turístico donde los templos se llenan de gente, un templo como este en mitad de la selva es un respiro de paz.