Si estás leyendo o viendo cosas sobre Australia, seguro que te suena la típica imagen de una hilera de casitas de colores en la playa. Pues están en Melbourne y no ir hasta aquí es como no haber visitado la ciudad. No están cerca precisamente, porque por mucho que tenga playa, esta ciudad es enorme y hay que desplazarse. En cualquier caso, en mi viaje a Melbourne quise darme un paseo por aquí, así que en este artículo te cuento cómo llegar a las casitas de colores más famosas de Melbourne o las Brighton Bathing Boxes e información curiosa sobre ellas.
¿Cómo llegar a las casitas de Brighton Beach?
Para llegar a las famosas casitas de colores de Melbourne, tocara coger el transporte público, pero es muy fácil llegar.
La mejor opción es ir en tren desde Flinders Station o desde Melbourne Central Station y subirse en la línea que va a Sandringham. Hay dos paradas que te dejan cerca de Brighton Beach, pero lo mejor es que llegues hasta la parada con el mismo nombre, Brighton Beach, porque tendrás que caminar solo unos 8 minutos.
Llegar desde la ciudad te llevará media hora en total, y cuesta 5$ el trayecto (pero como cualquier trayecto que salga del centro). Además, cuando te pasas de los 10$ en el día, el resto de viajes es gratis.
Una vez sales del tren en la estación de Brighton Beach, deberás girar a la derecha, cruzar las vías del tren, y seguir el camino que va la playa hasta que encuentres señalización de las casitas literalmente. Está muy cerca de la estación.
Un poquito de contexto sobre Brighton Bathing Boxes
Estas casitas tan monas no están ahí solo para alegrarnos la vista. Son las «Brighton Beach Bathing Boxes», y tienen más de 100 años de historia. Son un símbolo del estilo de vida playero de Melbourne que se remonta al siglo XIX. En esa época, la gente las usaba para cambiarse de ropa con privacidad antes de meterse al agua. ¿Te imaginas? Hoy en día, obviamente ya no se usan para eso, pero siguen siendo muy valoradas, y algunas hasta cuestan más que una casa normal.
Aunque en sus inicios las casitas no eran tan llamativas, con el tiempo los dueños empezaron a pintarlas de colores súper llamativos. Hoy en día, hay 82 casitas, y ninguna es igual a otra. Cada una tiene su propio toque, lo que las ha convertido en un reclamo turístico y muy instagrameable.
Una curiosidad sobre las casitas es que no tienen agua ni electricidad. Así que aunque son muy bonitas, solo sirven como espacio de almacenamiento (y decorativo). Pero eso no impide que sigan siendo codiciadas, ¡porque algunas se han vendido por más de 300 mil dólares australianos! Sí, por una casita sin baño ni cocina, pero con las mejores vistas al mar.
Una de las casitas está pintada con la bandera australiana, y es de las más populares para las fotos. Si ves mucha gente concentrada en una en particular, ya sabes cuál es. Y por supuesto, yo también tengo la mía claro.
El diseño de las casitas de Melbourne
Una de las cosas más interesantes de las casitas de Brighton Beach es que, a pesar de los años, su diseño básico se ha mantenido casi intacto. A lo largo del tiempo, no han cambiado mucho en términos de estructura. Siguen siendo pequeñas, sin agua corriente ni electricidad, como lo eran hace más de 100 años. Es parte de su encanto.
Lo que sí ha cambiado con los años son los colores y los patrones. Aunque al principio eran bastante simples, hoy en día los dueños tienen libertad para personalizarlas a su gusto. Eso significa que cada casita tiene su propio diseño. Sin embargo, hay una regla: las casitas deben mantener un estilo sencillo y sin adiciones extravagantes para conservar su aspecto tradicional. Nada de ampliaciones ni reformas radicales. Pero bueno, que va a gusto del dueño, y cuando fui coincidió que uno de ellos estaba cambiando el diseño de su cabaña y la estaba pintando. Sí, yo también lo pensé, este señor manejaba pasta.
Me llamó mucho la atención que están muy muy cerca de la orilla, y un paseo por la playa se convierte en un deporte de riesgo cuando ves que va subiendo la marea. Me sorprende que no se hayan inundado nunca.
Tampoco sabían que no estaban en la misma Melbourne. A ver, que están cerca, que con distancias tan grandes 30 minutos de tren no es nada, pero no deja de ser un viaje de media hora para hacer un poco de postureo la verdad. Pero sí, es curioso de ver y una parada obligatoria en Melbourne. ¡Ahora ya sabes más sobre las Brighton Bathing Boxes!