Lisboa es una de las mejores capitales europeas y cuenta con muchísima historia, arte y cultura. Entre las cosas de Lisboa que no puedes perderte, está Belem. Este barrio, conocido como el barrio de los descubrimientos, está a unos 10 kilómetros del centro de la ciudad y deberías dejar un hueco para ir a verlo. La visita puede ser perfectamente de una mañana o una tarde y personalmente, te recomiendo la segunda opción para ver atardecer sobre el puente 25 de Abril. Te cuento cómo llegar a Belem desde Lisboa y todo lo que no puedes perderte en este barrio.
Cómo llegar a Belem desde Lisboa
Yo tenía el coche allí porque estaba de roadtrip por Portugal, y llegué en unos 15 minutos. Se puede aparcar perfectamente en la calle principal. Si no has ido en coche, no te preocupes porque puedes ir en todos los transportes que hay en Lisboa:
En Tranvía
Para ir a Belem desde Lisboa, la más rápida es la línea 15 y tarda una media hora. Sale desde Praça da Figueira, y para también en la Plaza del Comercio y en Cais do Sodré. Si lo coges en la primera parada, es más posible que consigas asiento libre. Se puede comprar el billete a bordo, y cuesta unos 3€. Es la opción más cómoda si no tienes coche y así también aprovechas para viajar en este medio de transporte tan característico de la ciudad.
En autobús
Salen autobuses desde diferentes partes de la ciudad, cuesta 2€ y las líneas que van de Lisboa a Belem son:
- 728: Plaza del Comercio
- 727: Zona de Márquez Pombal
- 729: Cais Sodré
Bueno y hablando de autobuses. No te asustes si ves autobuses en el Tajo por Belem; no se han caído, es que hay autobuses-barco que van por el río.
En tren
Otra opción es ir en tren. Salen cada 20 minutos desde la estación de Cais do Sodré y tienes que coger el que va en dirección a Cascais. Después tendrás que andar un poquito para llegar a lo turístico desde la parada de Belem.
En uber
Si no te apetece comerte la cabeza con medios de transportes, puedes coger un Uber. No es lo más barato, dependerá de tu ubicación en Lisboa, pero sí lo más rápido. Aún así, no me seas cómod@ y, ¡ve en tranvía!
Qué ver en Belem
Monasterio de los Jerónimos
Se trata de un antiguo monasterio de 300 metros de largo, es enorme. Su construcción empezó en 1501, fíjate si tiene años, y se terminó un siglo más tarde. Es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1983 y alberga las tumbas de varios monarcas como Manuel I y su familia, Sebastián I, Catalina de Austria o Enrique I, además de otros personajes ilustres de Portugal como Vasco de Gama.
La Torre de Belem
Es una de las cosas que caracteriza el paisaje en Belem y también está declarada Patrimonio de la Humanidad. En realidad es una fortificación que se construyó en el siglo XVI para proteger Lisboa por río. Puedes subir a lo alto de la torre y ver las vistas sobre el Tajo. Son 5 pisos de torre, en los que se reparten diferentes salas, una capilla y la terraza. La última entrada es a las 17:30 y cuesta 6€. Yo no entré, pero chica una se informa y te lo cuenta.
El Monumento a los descubrimientos
Otro de los puntos característicos de la zona y más llamativos. Se construyó en 1960 para conmemorar a navegantes y descubridores portugueses que ha habido en la historia. Tiene forma de barco de vela y en la proa está a la cabeza Enrique Navegante, que este señor era de la familia real y explorador, y entre algunos de sus logros estuvieron el conocimiento y la cartografía de importantes rutas comerciales por la costa africana. El monumento se construyó cuando se cumplieron 500 años de su fallecimiento, pero también se pueden ver detrás de él bastantes «héroes» portugueses de la historia.
Pasteles de Belem
Otro gran monumento donde los haya. No confundir con los típicos pasteles de nata portugueses, que también están buenos pero no son lo mismo. Los pasteles de Belem son un dulce de crema pastelera y aunque los puedes probar en muchísimas pastelerías de la ciudad, lo suyo es que lo hagas en Belem. Concretamente, en la histórica fábrica y pastelería que está desde 1837, y son los originales. Estos pasteles ya los hacían las monjas que residían en el monasterio de los Jerónimos en el siglo XVIII.
Puente 25 de abril
Junto con la Torre de Belem y el monumento de los Descubrimientos, es uno de los elementos que forman el típico paisaje de este barrio. Se parece muchísimo al Golden Gate de San Francisco (está inspirado en él) y se inauguró en 1966, no hace tanto en realidad. Antes se llamaba «Puente Salazar» en honor al dictador portugués Antonio de Oliveira Salazar, y después de la batalla de los claveles que puso fin a la dictadura el 25 de abril del 74, pues le cambiaron el nombre a 25 de Abril. Mejor así.
Si vas en coche, yo hice la gracia de cruzarlo y hacer un ida y vuelta pues porque me hacía ilusión más que nada, porque no hay que pasar por él para volver a Lisboa. La gracia me costó 1,50€ porque sí, hay peaje. Cómo les gusta a los portugueses un peaje. Vimos la puesta de sol con el puente de fondo y la verdad es que el paisaje es muy bonito.
Cristo-Rei
Se inspiraron, como era de esperar, en el Cristo Redentor de Brasil. Se terminó de construir a finales de los 50 y simboliza el agradecimiento a Dios por haber mantenido la paz en Portugal durante la II Guerra Mundial. Mide 28 metros de altura y está en una colina desde la que se ve todo Lisboa y Belem.
Está en un recinto cerrado y el último acceso es a las 17:30h. El mirador es gratuito (es decir, la esplanada), pero ya entrar dentro cuesta 6€.
Como ves, es un barrio bastante especial que alberga historia importante de Portugal. El tiempo que le vayas a dedicar depende de si entras en el monasterio o en la Torre, o te detienes mucho en los pasteles que suele haber cola. Yo fui a dar una vuelta y lo hice por la tarde, aprovechando para ver el atardecer y tomar algo en un puestito que había en medio del paseo, y es una visita que merece la pena.
