Kuranda es un pueblo situado en plena selva australiana, famoso por sus mercadillos, sus rutas y sobre todo por el «Scenic Railway», un ferrocarril panorámico declarado patrimonio histórico. Cuando pensamos en visitar Kuranda, el tren nos llamaba la atención, pero ¿sabes qué nos llamó más? Descender el río Barron en unos rápidos. Un poco de adrenalina nos pareció más emocionante que un paseo en tren y además, hay vistas que solo se pueden ver desde el agua. Hoy te cuento cómo fue nuestra experiencia haciendo rafting en el río Barron en Kuranda.
Punto de encuentro
Después de pasar la mañana por las rutas y mercados de Kuranda, quedamos con el operador del rafting a las 2 de la tarde en la entrada del camping Lake Placid Rainforest Retrat. Nos especificaron que no aparcásemos en el parking de caravanas porque pertenece al camping y es privado, así que la dejamos justo fuera.
El operador no tiene oficinas, es decir, en el punto de encuentro nos recogieron con furgos y nos dijeron que dejásemos nuestras cosas en la caravana. Ellos se encargan de guardarte las llaves del coche, pero a su furgo te subes con lo puesto para hacer el rafting. No ofrecen duchas ni nada, cosa que me pareció raro la verdad.
El camping donde quedamos es privado y solo es accesible para huéspedes pero no te voy a engañar, la picaresca española viene con nosotros allá donde vayamos, y cuando volvimos del tour entramos aquí a los baños a ducharnos, que por cierto, están genial.
Precio de hacer rafting en el río Barron
Es bastante caro. Nos costó 119$ por cabeza (unos 72€), y además, al llegar tuvimos que pagar una «tasa fluvial» (no me preguntes lo que es porque no tengo ni idea), de 30$ más por persona. Lo hicimos con Cairns Adventure Group aunque lo reservamos a través de Get Your Guide.
Hay que ir con calzado agarrado, tipo sandalias deportivas, y si no tienes las puedes alquilar ahí mismo por 5$.
Y por último, nos fueron haciendo fotos durante todo el día, y las compramos. Nos costaron 50$ entre todos los que íbamos en la misma balsa. Íbamos nosotros 5 y un chico inglés, así que lo repartimos entre todos.
Empieza la aventura
Una vez estábamos todos y ya habiendo pagado la tasa fluvial, nos subimos en las furgonetas para llegar al punto del río desde donde saldríamos. Me llamó la atención que en nuestra furgoneta iba gente mayor y o la gente en Australia es muy aventurera a cualquier edad, o el rafting iba a ser tranquilito.
Por el camino que duró unos 15 minutos, un chico que después resultó ser nuestro guía, nos fue explicando las normas básicas de seguridad y la teoría del rafting porque para muchos era la primera vez.
Equipación
Una vez llegamos al inicio del descenso, nos dividieron en grupos sin separarnos claro, simplemente para ubicar a quien viajaba solo y nos dieron la equipación. Escarpines para quienes habíamos alquilado el calzado, casco y chaleco. Qué incomodidad de casco de verdad, ya vas a ver las fotos pero espero que las vistas fueran bonitas porque no veía NADA.
Después nos dieron un remo a cada uno y nos fuimos directamente a por nuestra balsa para bajarla al río.
Rafting por el río Barron
Nuestro guía era un crack, la verdad. Nos reímos un montón con su intento de español mientras gritaba «ADALANTAAA», «ATRRRRASSSS». Es cierto que no nos enseñaron en ningún momento cómo se rema correctamente, cuánto hay que sumergir el remo ni cómo hay que inclinar el cuerpo para hacer fuerza al remar. Era mi tercera vez haciendo rafting y sabía más o menos cómo funcionaba el asunto, pero vi a más de uno salpicando agua con el remo y poco más.
Fue un paseo bastante tranquilo, con una bajada importante y un par rapidillas pero el resto fue bastante simple y con calma. Íbamos 4 balsas haciendo juntas la bajada y nos íbamos esperando unas a otras. Para mi gusto, demasiado tiempo. Hubo momentos de estar mucho tiempo parados esperando a que llegara la última, y lo divertido del rafting es que sea un no parar, y no un paseo.
En una de las bajadas una de las balsas se quedó atascada entre dos rocas y no había manera de sacarla. Yo veía al grupo que no hacía nada, al monitor un poco desesperado haciendo todo el trabajo y al resto de monitores con cara de querer mantener la calma para no asustar al resto pero pensando en que estaban bien jodidos. Al final la sacaron y todo quedó en risas.
Mi opinión sobre hacer rafting en el río Barron
A pesar de las esperas y los sustos ajenos, yo me lo pasé pipa. Nos reímos un montón por el camino y disfrutamos de unas vistas impresionantes de la selva mientras llovía y fue espectacular. Espectacular también pensar que estábamos en un río en el cual podía haber cocodrilos y nos pareció buena idea volcar la balsa al llegar a un punto tranquilo para darnos un chapuzón. Adrenalina en estado puro.
Cuando acabamos, nos llevaron de vuelta en furgoneta al punto donde nos habían recogido, que es donde teníamos aparcada la caravana y como te he dicho antes, nos colamos en el camping para ducharnos.
Hacer rafting en el río Barron fue una experiencia divertida y emocionante. Es verdad que a mí me encantan los deportes de remo y disfruté mucho. Me pareció caro la verdad, cuando otras veces que he hecho rafting he pagado muchísimo menos pero bueno ya sabes, Australia y sus cositas. El paisaje fue espectacular y aunque el paseo un poco tranquilo y menos bajadas de las que me hubiera gustado, fue una experiencia muy recomendable.