Ya estamos en junio, madre mía. Al final iba a ser cierto eso de que el tiempo pasa volando. Este mes empiezan mis vacaciones de la escuela (el día 10), y mi plan antes de venir era aprovechar para trabajar en periodos vacacionales si tenía la oportunidad. Pues conseguido, tengo un trabajo que me permite trabajar más este mes así que todo va según lo previsto. Esta semana he trabajado en una boda un poco peculiar, pero he tenido tiempo de salir después de clase un rato de fiesta y también de ir a comerme una lasaña a un festival italiano. Te cuento.

Una boda australiana

Tenía yo curiosidad de cómo era una boda en Australia. Bueno, para ser sincera era medio australiana porque la novia era de aquí, y el novio era de Fiyi, así que hubo una mezcla de culturas.

La decoración de la boda era fiyiana, con alfombras en las paredes con estampados de colores, y los novios llevaban una especie de banda de colores con sus nombres bordados y motivos florales.

Mi curiosidad eran la comida, el dress code y la fiesta.

Pues mira, la comida era bastante básica. Solo tuvieron dos tipos de canapé y un cóctel muy cortito. La cena se basó en un entrante y un principal, pero era pollo y poco más. Y la tarta nupcial claro. La mitad no bebía alcohol por religión, osea imagínate la tranquilidad.

El dress code era normal, de boda. Eso sí, si pensabas que las australianas tenían un estilo hippie..nada más lejos de la realidad. Se ponen 7 kilos de maquillaje y unas pestañas que llegan hasta Nueva Zelanda. Pero lo que me dejó loquísima, fue que las damas de honor, IBAN CON VESTIDOS BLANCOS LARGOS. Me dijeron que no era muy común pero yo no vi a nadie sorprendido.

Y la fiesta…pues a ver cómo te explico esto. Los novios entraron al banquete con Danza Kuduro. Ellos, y las damas y damos de honor, que se sientan en la mesa nupcial con los novios. Imagínate lo larga que era la mesa nupcial. Había un chico que iba dando paso a discursos con el micrófono, como una ceremonia pero en mitad del banquete. Y después lo que es el baile duró poco más de una hora. Eso sí, no sé si es cosa de Australia o de Fiyi, pero tienen temazos. Sonó una canción que te juro que tenía la melodía de Ave María de David Bisbal pero en un idioma que desconozco. Ah, y adoran la Macarena y el Aserejé, no me preguntes por qué. En fin, otra experiencia más.

Festa italiana

Brisbane es una ciudad con mucha vida, y siempre hay algo. Este fin de semana había una «festa italiana» y en una zona de restaurantes y parques, habían colocado todo un rinconcito de la bella Italia. Música en directo (me faltó un poco de Rafaela Carrá), pasta y Aperol.

Los platos eran un poco escasos para el precio que tenían, pero la lasaña en concreto estaba muy rica. La decoración sí que era muy bonita, y hacía un día taaaaaan guay, que me sentía yo en España un mediodía de domingo al solecito en una terraza.

Además, esta ciudad es un pueblo, y mientras esperaba en la cola me encontré con una compañera de trabajo que justo se iba y me dejó su mesa. Así que ahí echamos la tarde, y vinieron conocidas de amigas, nos juntamos bastante gente nueva, y fue un día guay.

Esta zona de Brisbane me hace sentir un poco en casa, y la verdad es que me encanta esta ciudad. Qué ganas tengo de vacaciones y de aprovechar todo lo que no he hecho hasta ahora, probar restaurantes, conocer rincones nuevos y hacer planes de estos que se van inventando para dar vidilla. ¡Seguiremos informando!

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