El Puente de Carlos es uno de los símbolos más representativos de la ciudad dorada de Europea, véase: Praga. Si vas a visitar la capital checa, este es uno de los lugares que no te puedes perder. No es un puente sin más, es una obra arquitectónica e histórica. Así que si eres un poco friki de la historia como yo, seguro que te interesa saber más sobre él.
En este artículo te hablo un poquito más de este conocido lugar, te cuento su historia y por qué es tan importante para la ciudad.
Quién es ese tal Carlos y por qué este puente lleva su nombre
Pues este señor fue un emperador, Carlos IV, que gobernó durante el siglo XV y durante su reinado Praga floreció. Impuso la construcción de varios monumentos y entre ellos este puente en cuestión, que unía el Castillo de Praga con la Ciudad Vieja. Fue la única conexión que hubo entre ambas partes durante 400 años.
Se ve que le interesaba mucho la cultura y la educación, y su reinado se caracterizó por el desarrollo artístico de Praga. También promovió la construcción de la Universidad Carolina en Praga, y es una de las más antiguas de Europa Central, fíjate.
El arquitecto que siguió la obra fue el mismo que el de la Catedral de San Vito. Que hay una leyenda que dice que cuando terminó la obra, el rey Carlos ordenó tirar al arquitecto al río para evitar que se construyese otra obra similar. Yo quiero pensar que no era tan mala gente.
La colección de estatuas
Si te fijas, y no hay que fijarse mucho porque salta a la vista, el puente está decorado a ambos lados por 30 estatuas. Pues tienen 3 siglos de antigüedad y representan diferentes figuras religiosas y políticas. Le añaden el elemento artístico al puente y la mayoría son réplicas, las originales están en el Museo Nacional de Praga.
Un puente con mucha vida
A día de hoy, es un puente muy muy transitado (cualquier foto que veas con el puente vacío, es mentira). Está repleto de arte callejero entre músicos y pintores, y también es el lugar donde más puestecitos de souvenirs vas a encontrar en la ciudad.
Si prefieres evitar multitudes, lo mejor es que te pegues un buen madrugón. Tendrás más posibilidades de pasear por aquí sin tener que esquivar personas.
La verdad es que sobre todo la música callejera atrae a mucha gente y se forma un ambiente muy especial. Cuando yo pasé por aquí, un grupo de turistas se unieron para bailar mientras una pareja de artistas tocaba jazz y el resto nos parábamos a aplaudir y animar, y fue un momento que recuerdo con mucho cariño.
Un puente con vistas
Caminar por el Puente de Carlos ofrece unas vistas espectaculares de Praga. Es cierto que la ciudad es increíble, y desde aquí se obtiene una perspectiva tanto de la Ciudad Vieja como del Castillo de Praga única. Además, es terminar el puente y acceder al Castillo y parece el decorado de una película.
No hace falta que te diga que el Puente de Carlos es un imprescindible en tu itinerario, porque como habrás podido ver es de las cosas más representativas de la ciudad y seguro que ya habías pensado en él. Es un lugar que te traslada a la Praga medieval, a la vez que desprende arte por cada esquina. ¡No te lo pierdas!
