Varias personas me habían hablado de Manly, incluso una amiga se mudó aquí una temporada después de visitarlo por primera vez, así que no podía faltar en nuestro itinerario por Sydney. Manly pertenece a Sydney, pero es como si fuese un pueblito y da esa sensación. Playas preciosas, naturaleza y tiendecitas de recuerdos mucho más bonitas que las que he visto en otras zonas de Australia. Hoy te hablo de Manly, un rincón donde ir a pasar el día que merece mucho la pena.

Cómo llegar a Manly

Llegar a Manly es fácil y muy accesible. Solo tienes que ir a Circular Quay en el puerto de Sydney, desde donde salen la mayoría de los ferrys, y coger el barco del Wharf 2, Andén A, en dirección a Manly. El trayecto se paga con la Opal, la tarjeta de transporte del Estado de Nueva Gales, y el precio es menos de 5 dólares. Hay barcos cada 20 minutos, es un viaje directo y dura unos 25 minutos. Va a toda leche el barco la verdad.

A la vuelta te recomiendo calcular la hora del atardecer (dependiendo de en qué época del año vayas atardecerá a una hora distinta), y coger el ferry anterior. Si pillas la hora del sunset verás uno de los mejores atardeceres de tu vida sobre la ópera y el puente de Sydney (si te pones a la izquierda del barco estarás al lado de la ópera). De verdad que en fotos no se aprecia.

Qué hacer en Manly Beach

Nada más bajar del barco, nosotros nos acercamos a la oficina de turismo que hay justo en el puerto para coger un mapa de la zona. También hay una placa con el mensaje «Manly, seven miles from Sydney and thousand miles from care» (Manly, a 7 millas de Sydney y a mil de la atención, que traduciría más bien como preocupaciones). Es el slogan que utilizaba la empresa de ferrys de 1940 para atraer a la gente a Manly, zona de relax y de ambiente tranquilo, y que se sigue utilizando. A día de hoy es el servicio de ferrys más famoso de la ciudad.

Hay varios caminos que le dan la vuelta a Manly, y nosotros decidimos hacer uno de ellos, de 2 km por el que se ven muchas de las atracciones principales de la zona y creo que acertamos. Esto es lo que hicimos.

The Corso

Lo que vendría a ser la avenida principal del pueblo. Es un camino que empieza en el puerto y termina en Manly Beach, donde hay un montón de tiendecitas de recuerdos, cafeterías, supermercados. Este día pillamos un mercado de artesanía en mitad de la calle y todo en Manly está relacionado con el mar y con el surf.

También me llamó la atención una escultura que había a los caídos en guerras. Fue propuesta por la familia del primer soldado australiano que murió en la guerra, que era de Manly, y se unieron las familias de otros caídos. Las familias seguían llevando flores a la escultura.

Manly Beach

Es la playa principal y no solo tiene 2 km de agua súper clarita, sino que también puedes alquilar unas tablas de surf si te animas en alguno de los puestos que hay repartidos por la playa y las olas son bastante altas. Hay baños públicos con duchas y vestuario, como en todas las playas de Australia pero oye, puntazo.

alquiler de tablas de surf en manly beach

Cabbage Tree Bay Coastal Walk

Este es el camino que hicimos nosotros. Es una pasarela de 2 km y va desde Manly Beach hasta Shelley Beach. Si haces la ruta completa por Manly te llevará todo el día pero esta es cortita, es un paseo para hacerte una idea de la zona y además, te deja unos paisajes preciosos.

cabbage walk way

También me llamó mucho la atención que a lo largo del camino, hay esculturas de todo lo que representa este pueblo costero, desde sus animales más característicos a buceadores.

Cabbage Tree Bay Aquatic Reserve

En Manly se encuentra la Reserva acuática de Cabbage Tree Bay, y es hogar de una gran variedad de animales marinos.

De hecho, te puedes encontrar a lo largo del camino varios carteles con información sobre la fauna que habita la zona. Había mucha gente haciendo buceo y snorkel, y me quedé con las ganas pero tiene que ser una pasada.

Fairy Power Pool

Esta piscina natural de agua salada te la encontrarás paseando por Cabbage Tree Bay Costal Walk y está muy cerca de Manly Beach. Es gratuita y tiene unas vistas increíbles. Eso sí, seguramente vayas cuando vayas te la encontrarás llena de gente.

Shelly Beach

Esta playa está al final de la pasarela y es donde decidimos quedarnos a pasar el rato. El agua estaba congeladísima no, lo siguiente, pero tenía un color tan bonito que invitaba a bañarse. El rollo de esta playa me gustó mucho, había gente con musiquita, palmeras enormes, y da pie a un parque nacional por lo que tienes el mar a un lado, y el bosque al otro.

shelley beach

Sydney Harbor National Park

Y este es el parque nacional en cuestión. Harbor National Park es enorme, y se accede por unas escaleras desde la playa. En él puedes encontrar varios miradores y atravesar caminos entre la naturaleza. Nosotros decidimos dar una vuelta y quedarnos en la playa, ya que si haces todo el parque te puede llevar horas. Si llegas hasta el final, te encontrarás calitas, acantilados y mucha vegetación.

Como te decía antes, volver en el último ferry antes del atardecer es lo mejor que puedes hacer. Este día vi uno de los atardeceres más impresionantes que he visto, y Manly me gustó mucho. Es un rincón con ambiente surfero y de pueblo pero muy cerca de la gran ciudad. Un plan perfecto para pasar el día y para mí, un imprescindible en Sydney.

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